sábado, 7 de enero de 2012

Los ejes que configuran la Exclusión Social

La exclusión social se presenta como un fenómeno multifactorial, ya que las carencias que padecen las personas hacen referencia a uno o varios factores simultáneamente.
Los Ejes que configuran o generan la exclusión social son:
  • La pobreza, entendida como la ausencia de ingresos económicos.
  • La ausencia de vivienda o alojamiento digno.
  • Los problemas para el acceso o aprendizaje de las nuevas tecnologías, generan desigualdades y tienen repercusiones en el acceso al mundo laboral y en el ámbito educativo.
  • La carencia de capacidad psicofísica, de salud y de asistencia sanitaria. Aquí se contemplan personas con alguna discapacidad, drogodependientes, personas afectadas por alcoholismo, SIDA o aquellas que tienen dificultades para acceder a la cobertura sanitaria.
  • La ausencia o insuficiencia de apoyos familiares o comunitarios para poder mantener vínculos estables de relación social con otras personas.
  • Los ámbitos de marginación social. Personas presas, menores que hayan cometido actos delictivos, malos tratos, indigentes, personas que ejerzan la prostitución, etc.
  • La dificultad de acceso a la educación y a los mínimos educativos. Personas analfabetas o aquellas que no tienen los mínimos educativos y que son mayores de 16 años.
  • La dificultad en la integración laboral. Hace referencia al subempleo (inestabilidad laboral y escasa remuneración) y al desempleo.
  • La falta de sensibilización y movilización de la sociedad ante la exclusión social.
Estos Ejes no se presentan de manera aislada, sino que están estrechamente relacionados entre sí. Por ejemplo, la mayor parte de infraviviendas se agrupan en barrios desfavorecidos, con elevados índices de paro y escasos recursos económicos, educativos y sociales.

En este vídeo encontrado en Youtube, podemos ver reflejados varios de los ejes mencionados anteriormente.

      martes, 3 de enero de 2012

      EL CARÁCTER REVERSIBLE DE LA EXCLUSIÓN SOCIAL

      El carácter reversible de la exclusión social permite, a través de la intervención, que en muchos casos las personas puedan llegar a situaciones de mayor integración en la sociedad.

      Robert Castel, define la exclusión social a partir de tres zonas o espacios sociales donde las personas nos distribuimos según sea nuestro riesgo de exclusión social.

      Los criterios que determinan la pertenencia de cada persona a cada espacio quedan definidos en función de una situación respecto al Empleo, las Relaciones de Solidaridad Familiar y las Relaciones Sociales.

      Estas zonas o espacios sociales serían:
      • Zona de Integración, seguridad o estabilidad. Personas que tienen trabajo, disponen de una protección social y disfrutan de una sólida relación familiar y vecinal.

      • Zona de Vulnerabilidad, precariedad o inestabilidad. Personas con relaciones laborales frágiles, inseguras y precarias. Con relaciones y soportes familiares y sociales inadecuados. Las personas que integran este espacio están es Riesgo de Exclusión Social y deben de ser el objeto prioritario de intervención, especialmente a través de la prevención.

        • Zona de Exclusión o marginación. Personas al margen del mundo laboral, que no disponen de ningún tipo de protección y que están aisladas socialmente. Presentan carencias en todos los ámbitos: social, laboral, educativo, de vivienda, de integración étnica, de calidad de convivencia, del entorno afectivo, sanitario y en el orden psicológico. La separación de la persona de los ámbitos propios de la comunidad se produce cuando hay una pérdida de autonomía para conseguir los recursos necesarios para vivir, integrarse y participar en la sociedad de la cual forma parte.

          Las personas no permanecemos de manera irreversible en una zona u otra.
          Los límites entre exclusión e inclusión social son dinámicos y relativos, van variando dependiendo del contexto histórico, la situación socioeconómica, las políticas de protección y de factores personales y sociales.
           

          lunes, 2 de enero de 2012

          La importancia de las Habilidades Sociales

          La relación con el otro es una parte esencial en nuestras vidas. Desde el nacimiento, incluso antes, las personas necesitamos de la relación con los demás para convertirnos en miembros de una colectividad con la que compartimos una serie de valores, normas y expectativas.

          Los contextos sociales en los que interactuamos (familia, trabajo, escuela…) y los agentes sociales que los forman (amistades, padres, hermanos, compañeros, etc) nos ayudan a interiorizar estas normas y valores. De aquí también surgen las demandas y restricciones que debemos interpretar en cada caso para responder de manera adecuada.

          Para que esta continua interacción sea provechosa, es necesario adquirir y aprender una serie de habilidades que procuren y faciliten el encuentro con las demás personas, el intercambio de ideas y pensamientos, de sentimientos, emociones y afectos.

          Tener dificultades en esta faceta es un elemento importante de frustración e inadaptación. La falta de relaciones o la dificultad para entablarlas (la carencia de habilidades sociales), influye negativamente en la autoestima y puede predisponer a manifestar comportamientos agresivos y a padecer enfermedades como ansiedad, estrés o depresión.


          Las habilidades sociales se aprenden a lo largo de la vida, mediante la combinación del desarrollo de la persona y el proceso de aprendizaje.
          Este proceso de aprendizaje nos permite adaptarnos de manera constante a las diferentes situaciones de interrelación en las que continuamente nos encontramos. Las respuestas que las personas damos en una situación de relación interpersonal dependen de lo aprendido en nuestras interacciones anteriores con el medio social.